En un notable avance, un grupo de científicos alemanes ha identificado un nuevo riesgo de salud asociado con el cloruro de sodio (sal). Según sus hallazgos, el cloruro de sodio puede facilitar la formación de celdas Th2, lo cual, a su vez, puede desencadenar el desarrollo de dermatitis atópica y otras enfermedades inflamatorias.
Este revolucionario descubrimiento ha sido realizado por investigadores de la Universidad Técnica de Múnich, Alemania. Los científicos, liderados por Christina Zielinski, recogen en un informe recién publicado en la revista Science Translational Medicine que la sal, o cloruro de sodio, puede ser la causa subyacente en la formación de las células Th2 en el cuerpo, las cuales pueden conducir a las enfermedades inflamatorias y alérgicas mencionadas.
Al investigar la salud de la piel de los pacientes que sufren de dermatitis atópica, los investigadores observaron que dicha piel contenía niveles de cloruro de sodio que triplican el norma. Esta observación puede establecer un vínculo entre la ingesta de sal y las reacciones inflamatorias.
Como menciona Christina Zielinski, entrevistada por MedicalXpress, "Los niveles altos de sodio en la piel afectada coinciden perfectamente con otra característica de la dermatitis atópica. Los pacientes con esta afección tienen niveles elevados de la bacteria Staphylococcus aureus en la piel, la cual prospera en condiciones saladas."
El sodio impulsa la producción en grandes cantidades de las proteínas interleucina 4 (IL-4) e interleucina 13 (IL-13) por parte de las células Th2. Esto resulta en el desarrollo de enfermedades de la piel. Aún está por descubrirse el porqué de este malfuncionamiento.
"Aunque aún no entendemos cómo esas grandes cantidades de sal llegan a la piel. Por eso, aún no podemos inferir cómo una dieta baja o alta en sal podría estar relacionada con la aparición y desarrollo de la dermatitis atópica u otras enfermedades alérgicas", reflexiona Zielinski. El equipo de investigación planea continuar sus investigaciones para hallar las respuestas a estas preguntas.
A raíz de este descubrimiento, nos queda preguntar: ¿Está nuestra salud en riesgo debido a nuestra ingesta diaria de sal? ¿Podríamos reducir el riesgo de enfermedades alérgicas e inflamatorias cambiando nuestros hábitos alimenticios?
En las sociedades industrializadas, cerca de uno de cada tres ciudadanos experimentará una alergia en algún momento de su vida y uno de cada diez niños sufrirá de dermatitis atópica. En este contexto, las células T desempeñan un papel crucial, ya que protegen el organismo de infecciones, pero si no se regulan adecuadamente, pueden atacar órganos y sustancias del cuerpo, incluyendo alérgenos.
