Un estudio de 17 años que involucró a más de medio millón de sujetos proporcionó insights fascinantes sobre cómo los hábitos alimenticios pueden influir en nuestra salud frente a los retos ambientales.
La conclusión principal? Parece que seguir una dieta mediterránea puede ayudar a mitigar los efectos negativos de respirar aire contaminado. Esta investigación de gran envergadura fue llevada a cabo por académicos de la Universidad de Nueva York (EE.UU.) y se presentó recientemente en un congreso de la Sociedad Torácica de los Estados Unidos.
El estudio examinó los patrones dietéticos de 548,699 ciudadanos estadounidenses, con una edad promedio de 62 años, durante un período que se extendió desde 1995 hasta 2011. Durante ese tiempo, los investigadores también monitorearon la exposición de los participantes a varios tipos de contaminantes, incluyendo partículas en suspensión, nitrógeno, óxido nitroso y ozono.
Al analizar a las 126,835 personas que fallecieron durante el período de estudio, los investigadores encontraron una correlación entre una alta exposición a contaminantes y una mayor prevalencia de muertes por enfermedades cardíacas y afecciones coronarias.
Sin embargo, descubrieron que aquellos sujetos cuya dieta se caracterizaba por una alta ingesta de frutas, verduras, granos enteros, aceite de oliva, pescado y legumbres tenían una incidencia significativamente menor de estas enfermedades. Los resultados indicaron que aquellos que siguieron esta dieta tuvieron hasta cinco veces menos posibilidades de morir por problemas de salud relacionados con la contaminación ambiental.
Según George Thurston, coautor del estudio, estos hallazgos respaldan la teoría de que la contaminación del aire, en gran parte derivada de los combustibles fósiles, tiene un impacto nocivo en la salud, causando estrés oxidativo e inflamación en nuestro organismo. Los resultados también refuerzan la convicción de que los antioxidantes presentes en los alimentos comunes en la dieta mediterránea pueden ayudar a neutralizar estos efectos.
¿Qué podemos deducir de esto? Thurston sugiere que no solo debemos buscar opciones más saludables en nuestra alimentación para proteger nuestro cuerpo del daño causado por la contaminación del aire, sino también que debemos abordar el problema de raíz y tomar medidas para reducir la cantidad de contaminantes en el aire. ¡Así que, hagamos nuestras maletas y embarquémonos en un viaje a la vida mediterránea!
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