¿El omega-3 contra el cáncer?
El término cáncer engloba a numerosas enfermedades que se caracterizan por un crecimiento anormal y descontrolado de células. Estas pueden invadir y destruir tejidos y órganos. Se sabe que los ácidos grasos omega-3 pueden disminuir el riesgo de cáncer, al inhibir de manera competitiva la producción de ciertos compuestos asociados con esta enfermedad. Es especialmente destacable que la efectividad del ácido eicosapentaenoico (EPA) y del ácido docosahexaenoico Omega-3 (DHA) supera en cinco veces a la del ácido alfa-linolénico.
Por otra parte, los ácidos grasos omega-3 poseen la capacidad de reducir el desarrollo de células cancerígenas en humanos y fortalecen su sistema inmunitario. Además, el consumo de omega-3 contribuye a obstaculizar la movilidad de dichas células del cáncer, reduciendo así el riesgo de invasión y metástasis. Esta es una característica relevante, ya que la mayor parte de las muertes por cáncer se deben a los tumores que surgen posteriormente a una metástasis.
Existen evidencias de que el omega-3 tiene un efecto anticancerígeno en cáncer de colon, mama, en la leucemia y en el melanoma cutáneo maligno, lo cual detiene en gran medida el crecimiento de las células cancerígenas. Por lo tanto, la ingesta de ácidos grasos omega-3 es de suma importancia. Con su consumo, la dosis y la duración de los ciclos de quimioterapia pueden reducirse significativamente, mejorando así la calidad de vida de los pacientes con cáncer.
El omega-3 en diferentes tipos de cáncer
Cáncer de mama y omega-3
Se ha descubierto que el omega-3 DHA puede reducir la expresión de la enzima ácido graso sintasa (FAS) en un 37%, la cual regula la biosíntesis de ácidos grasos omega-3 de novo. Los omega-3 también son capaces de potenciar la citotoxicidad de algunos fármacos empleados en el tratamiento del cáncer de mama, los cuales son absorbidos en mayor grado por las células cancerígenas. De esta forma, se logra superar la resistencia de estas células al tratamiento de la quimioterapia.
Cáncer de próstata y omega-3
En estudios sobre cáncer de próstata, se ha demostrado que una dieta rica en omega-3 puede reducir la incidencia de este tipo de cáncer, al disminuir el tamaño de los tumores, ralentizar la progresión histopatológica y aumentar la supervivencia. Además, la ingesta diaria de ácidos grasos omega-3 puede limitar el riesgo de cáncer de próstata agresivo hasta en un 64%.
Cáncer de colon y omega-3
En el cáncer de colon, los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3 pueden tener propiedades antineoplásicas. Por ello, consumir suplementos de aceite de pescado ricos en omega-3 puede reducir la inflamación y previene el desarrollo del cáncer.
¿Qué papel juegan en tu vida los ácidos grasos omega-3? ¿Cómo podrías incorporarlos en tu dieta de una mejor manera?
