A través de los siglos, la humanidad ha buscado incesantemente las claves para ampliar la esperanza de vida. Desde la criogenización hasta las dietas de ayuno y los remedios herbales, se ha intentado de todo. En épocas más recientes, multimillonarios como Larry Page, Mark Zuckerberg y Jeff Bezos han dedicado ingentes cantidades de capital en empresas biotecnológicas como Altos Labs, Juvenescence y Unity Biotechnology, todas centradas en buscar la prolongación de la vida a través del rejuvenecimiento celular y la prevención de enfermedades.
El registro actual de longevidad humana es de 122 años. Sin embargo, algunos creen que esto es solo empezar.
Los humanos podrían vivir hasta los 150 años
Incluso si viviéramos en un escenario completamente libre de enfermedades y peligros, inevitablemente nuestros cuerpos sufrirían daños a través del simple funcionamiento de la vida; bombeando sangre, digiriendo alimentos y realizando todas las funciones vitales para la supervivencia. Según envejecemos, nuestro cuerpo necesita más tiempo para “recuperarse” de esta tensión debido a que el envejecimiento está intrínsecamente ligado a nuestras células y ADN.
Entender la senescencia celular es clave para el envejecimiento
La senescencia celular, o la detención del ciclo de vida de una célula, es otro de los grandes retos de la investigación del envejecimiento. Desde companías como Life Biosciences y Unity Biotechnology que desarrollan medicamentos para eliminar estas células senescentes, hasta investigaciones que buscan la prevención de la senescencia, todo se ha intentado. Sin embargo, hasta ahora, ninguna solución definitiva se ha encontrado.
Los telómeros como marcador de la edad biológica
Los telómeros, los protectores del ADN, son otro de los grandes marcadores de la edad biológica. A medida que envejecemos, los telómeros se acortan, dejando nuestro ADN más vulnerable al daño y los efectos del envejecimiento. Sin embargo, estudios recientes han mostrado que en algunas personas que viven más de 100 años, los telómeros se alargan cada año, lo que ha llevado a los científicos a investigar formas de replicar este proceso en personas más jóvenes.
La metilación del ADN y la longevidad
Aparte de los telómeros, la metilación del ADN, que es el proceso que controla la actividad de nuestros genes, es otra forma de determinar nuestra edad biológica. Con la edad, la metilación del ADN disminuye, lo que puede dar lugar a la activación de genes indeseables y facilitar la aparición de enfermedades.
Mitocondrias, radicales libres y obstáculos para la vida longeva
Los radicales libres, subproductos de las mitocondrias de nuestras células que causan daño celular, son otro de los grandes limitadores de la vida humana. Empresas biotecnológicas como Altos Labs están trabajando en formas de prevenir estas enfermedades mediante el rejuvenecimiento celular y la reparación del daño causado por los radicales libres.
No hay una solución única para el envejecimiento
La búsqueda de la longevidad no tiene una solución única. Todos los mecanismos que contribuyen al envejecimiento están interconectados, y ningún mecanismo de envejecimiento es más importante que los demás. Esta es la razón por la que toda la investigación enfocada en el envejecimiento, sin importar cuán específica sea, es una pieza conectada al objetivo global de la humanidad: mantenernos con vida el mayor tiempo posible.
