Se ha descubierto una nueva forma de lucha contra las células del cáncer, que hasta ahora han demostrado ser tenaces, en gran medida debido a su capacidad para ser prácticamente inmortales. Un avance novedoso de los científicos suizos revela que perturbando el equilibrio de dos enzimas vitales, los tumores pueden ser expuestos al proceso de envejecimiento y finalmente a la muerte.
El estudio suizo identificó dos enzimas que protegen los cromosomas contra el estrés oxidativo. Estas mismas enzimas también evitan la reducción de las células, lo que abre la oportunidad para una nueva estrategia anticancerígena: frenar estas enzimas y así intervenir en el proceso que vuelve a los tumores inmortales.
Antes de la división celular, el ADN de la célula se enrolla cuidadosamente para formar los cromosomas. Esta disposición sirve principalmente para proteger el material genético de daños químicos o físicos.
Los extremos de los cromosomas se llaman telómeros y tienen que replicarse en cada ciclo de la división celular. Sin embargo, la replicación completa de los telómeros requiere mecanismos especializados, los cuales son limitados.
Una exposición al estrés oxidativo, causado por un desequilibrio entre la producción de especies reactivas del oxígeno y la capacidad del sistema biológico para neutralizar rápidamente los reactivos intermedios, puede afectar a los telómeros y en consecuencia - su capacidad de replicación.
Con el paso del tiempo, los telómeros se acortan lo que repercute en la vida de las células, porque la reducción de los telómeros es la causa principal de su envejecimiento.
La clave la tienen dos enzimas
La investigación desarrollada por Joachim Lingner y Wareed Ahmed de la Escuela Politécnica Federal de Lausana ha identificado dos enzimas antioxidantes que imposibilitan la oxidación del ADN en los extremos de los cromosomas, las denominadas PRDX1 y MTH1.
Al interferir con estas dos enzimas en las células cancerosas, se pudo observar que los telómeros de estas células se acortaban con cada división celular hasta, finalmente, desaparecer.
La telomerasa, una enzima que replica el ADN en los extremos de los cromosomas y que permite el alargamiento de los telómeros, es uno de los objetivos más prometedores para el tratamiento del cáncer. Esta enzima está muy presente en las células cancerosas, manteniendo intactos sus telómeros y haciendo casi inmortales a estas células malignas.
El bloqueo de la acción de la telomerasa en las células cancerígenas no ha sido efectivo clínicamente hasta ahora. Sin embargo, este descubrimiento da un paso adelante al lograr interrumpir la protección de las células cancerosas de manera indirecta.
“En lugar de inhibir la enzima en sí misma, hemos decidido enfocarnos en su sustrato, que es el extremo del cromosoma, para que la telomerasa no pueda alargarse”, explica Joachim Lingner.
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