La dramática Pasión de Cristo que es conmemorada cada Semana Santa tuvo lugar en el siglo I a.C., durante un tiempo en que Israel era una sociedad judía bajo el dominio del Imperio Romano. La muerte de Jesús implicó la participación de importantes actores políticos y religiosos de ese tiempo, entre ellos uno de sus apóstoles más cercanos, Judas Iscariote. Durante mucho tiempo, sobre Judas han caído todas las posibles acusaciones, pero en el último siglo esta perspectiva ha sido sometida a revisión.
Judas Iscariote
No hay figura más condenada a la infamia en la historia que Judas Iscariote. En la "Divina Comedia" de Dante Alighieri, Judas fue condenado al nivel más bajo del Infierno, donde es devorado eternamente por Lucifer, simbolizando así su papel de traidor máximo en la historia. Sin embargo, este personaje ha sido reinterpretado en los últimos años. Autores como Jorge Luis Borges y Amos Oz han respaldado a Judas, sugiriendo que su "traición" era necesaria para cumplir la misión redentora de Jesús. Esta idea fue solidificada con la publicación del "Evangelio de Judas" por National Geographic en 2006, un texto antiguo que retrata la traición de Judas como un medio para liberar a Jesús de su forma física.
Caifás
El Sumo Sacerdote Caifás es otro personaje controversial en la Biblia. Tenía la autoridad suprema en la sociedad judía de esa época y estaba a cargo del Templo de Jerusalén. Era Caifás quien presidía el Gran Sanedrín, la máxima asamblea política de Israel, y también tenía estrechas relaciones con los gobernantes romanos. Dante lo retrató también en su "Divina Comedia", condenándolo a ser crucificado para siempre, pero en 1990 se descubrió una antigua tumba que puede contener sus restos, lo que arroja nueva luz sobre su vida.
Herodes Antipas
La dinastía de Herodes gobernó Israel durante toda la vida de Jesús. Herodes Antipas, un hijo de Herodes el Grande, fue el gobernante de Galilea, donde Jesús llevó a cabo la mayor parte de su ministerio. Herodes Antipas también es infame por ordenar la muerte de Juan el Bautista. Antipas tuvo una buena relación con Roma, lo que le permitió gobernar durante más de cuarenta años. Sin embargo, su deseo constante de más poder llevó a su caída, y eventualmente fue desterrado por el emperador romano Calígula.
Poncio Pilato
Poncio Pilato es quizás el personaje más conocido asociado con la muerte de Jesús, habiendo sido el gobernador romano que presidió el juicio de Jesús y ordenó su crucifixión. Aunque los Evangelios a menudo retratan a Pilato como un líder justo, otros escritores antiguos describen su reinado como despiadado e injusto. Varias veces, sus decisiones insensibles enfurecieron a los judíos a quienes gobernaba. Su eventual caída del poder y su destino final son inciertos, aunque algunas leyendas sugieren que se convirtió al cristianismo y fue canonizado en la Iglesia Etíope.
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