Descubre el increíble 'segundo cerebro' que todos llevamos en el estómago

Salud

Por Gloria Paula Trujillo, 19.08.2025



¿Sabías que posees un 'segundo cerebro' en tu cuerpo, específicamente en tu sistema digestivo? Así es, y no estamos hablando metafóricamente. Existe un complejo revestimiento nervioso en tu tracto digestivo que es inteligente y capaz de aprender y recodar cómo debe reaccionar tu cuerpo a diferentes tipos de comida.

La función de la digestión no es sencilla. Por lo tanto, no es sorprendente que dispongamos de una red de nervios para gestionarla. Esta tarea de supervisión y control es realizada por el sistema nervioso entérico (SNE).

¿Cómo está estructurado nuestro sistema digestivo?

El sistema entérico es un componente del sistema nervioso autónomo, y lo puedes encontrar en los revestimientos del intestino delgado, el colon, el esófago y el estómago. Este sistema específico cuenta con cerca de 100,00 neuronas distribuidas a lo largo de los 10 a 12 metros del sistema digestivo.

Principalmente, el SNE se encarga de nuestro apetito y la sensación de saciedad. Otras tareas de este "segundo cerebro" incluyen la mezcla de los alimentos, la coordinación de las contracciones musculares, y facilitar un ambiente bioquímico adecuado para que las enzimas digestivas trabajen correctamente.

¿Cuál es la diversidad neuronal del SNE?

Un intestino adulto sano posee un conjunto específico de neuronas que mantienen su número a lo largo de la vida. Hay cuatro tipos esenciales de neuronas entéricas, cada una con una función específica. Estas neuronas incluyen:

  • Neuronas aferentes intrínsecas primarias - que transportan los impulsos nerviosos captados dentro de los órganos del aparato digestivo hacia el cerebro.
  • Neuronas Motoras - que estimulan las capas musculares del tubo digestivo, los vasos sanguíneos del estómago y algunas glándulas.
  • Interneuronas - células nerviosas que permiten la comunicación entre las dos categorías de neuronas mencionadas anteriormente.
  • Neuronas intestinofugas - que informan al sistema nervioso central sobre cualquier cambio en la actividad rutinaria del intestino.

Así que ahora, cuando oigamos la expresión "pensar con el estómago", quizás le concedamos un poco más de validez, ¿no crees?



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