Cuando los Hijos Maltratan a sus Padres: ¿Qué la Psicología y las Leyes nos Dicen Sobre Esto?

Salud

Por Gloria Paula Trujillo, 24.04.2025



En los procedimientos del sistema de justicia juvenil en España, se manejan anualmente más de 4,000 casos de violencia ejercida por jóvenes en contra de sus padres. Esta forma perturbadora de agresión familiar genera una profunda sensación de culpa y vergüenza tanto en los agresores como en las víctimas, y se presume que los casos denunciados son solo la punta del iceberg. Las estadísticas sugieren que 14.2% de los adolescentes practican violencia psicológica, mientras que un 3.2% se inclinan hacia la violencia física en contra de sus figuras paternas.

Para entender mejor las dinámicas en esos hogares, hemos estado entrevistando a familias atrapadas en situaciones de violencia filioparental. En estos intercambios, hemos recolectado testimonios desgarradores como los siguientes casos que compartieron su vivencia en el año 2023:

"Después de lastimarla y acorralarla contra una pared del salón, pude ver su miedo y sufrimiento reflejados en sus ojos. Entonces pensé... ¿qué me está sucediendo? ¡Es mi madre! Después de eso, me encerré en mi habitación y comencé a autolesionarme." - Adolecente de 13 años

"Le temía mucho pero al mismo tiempo la veía tan vulnerable, necesitaba externar lo que sentía, pero no sabía cómo ni a quién contarlo." - Madre de 51 años

¿Qué entendemos por violencia filio-parental?

En un entorno marcado por la creciente tensión familiar, la violencia filio-parental aparece como un fenómeno en aumento, definido por actos violentos - ya sean físicos, psicológicos o económicos - cometidos por los hijos en contra de sus figuras paternas. Esta violencia intencionada e iterativa puede tener varias motivaciones y busca ejercer un control sobre los progenitores.

Esta clase de comportamientos puede ser explicada por una combinación de factores personales, familiares, educativos, sociales e incluso comunitarios. Algunos de ellos incluyen una inapropiada práctica parental, creencias que justifican el uso de violencia, rasgos de personalidad, estrés crónico derivado de experiencias traumáticas, comportamientos adictivos y la exposición a la violencia.

La violencia filial no se origina repentinamente, se desarrolla de manera gradual, incrementándose en intensidad y frecuencia. Identificar las señales tempranas en las discusiones familiares es clave para prevenir su intensificación.

¿Es posible denunciar a nuestro propio hijo?

"Nunca pensé en denunciarla, ¿a mi propia hija? No lo creo, y además...qué vergüenza. Pero llegó un día en que la situación se volvió insoportable, era ella o yo. Cuando busqué ayuda me aconsejaron que denunciara. Ahora ella está internada en un centro bajo régimen de semilibertad, y toda la familia la visita y forma parte de un programa de tratamiento familiar. Aunque las cosas van mejorando, algunas mañanas me despierto y me pregunto cómo hemos llegado a este punto, y siento remordimientos por no tenerla a mi lado." - Testimonio familiar (madre), 2022

¿Cómo y quién maneja las denuncias?

Una vez que se presenta la denuncia, es la policía o el fiscal quien decide si se debe iniciar una investigación preliminar. La acción policial no se limita al aspecto punitivo, sino que también se centra en la derivación a servicios especializados para la prevención y la reeducación de la conducta violenta.

La formación específica sobre violencia de las fuerzas de seguridad es esencial para manejar adecuadamente estos casos. La Sociedad Española para el Estudio de la Violencia, SEVIFIP, enfatiza la importancia de establecer un protocolo policial específico para la detección y el manejo de estos problemas.

Responsabilidad compartida

La Red Europea de Apoyo Familiar enfatiza en que el trabajo con las familias, independientemente de la demanda que presenten, debe ser integral y colaborativo: todas las partes implicadas (incluyendo a los niños y adolescentes, figuras paternales, miembros de la familia extensa, comunidades y profesionales) deben participar en el proceso de intervención.

Al final del recorrido, el objetivo de las intervenciones no es solamente acabar con el comportamiento violento del hijo o de la hija: se trata de mejorar la convivencia familiar en general. Y eso solo es posible si las familias dan el primer paso de pedir ayuda y desear el cambio.



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