El própolis es también conocido como resina natural de las abejas. Es una sustancia oscura, de tonalidad verdosa tirando a negra, obtenida a partir de la recolección de resinas de árboles y plantas por las abejas. Estos pequeños insectos recolectan la resina y la mezclan con cera y su saliva dentro de la colmena, dando origen al própolis. El própolis es utilizado por las abejas como una especie de cemento, sellando su colmena y preveniendo la propagación de gérmenes y bacterias.
El própolis tiene componentes químicos activos y aceites esenciales, que le confieren una potente acción antibiótica. Antes de que se descubriera la penicilina, se utilizaba el própolis como un antibiótico natural para curar lesiones y prevenir la contaminación por organismos nocivos.
El própolis contiene más de 250 elementos distintos en su composición, haciendo de él un antibiótico y antiséptico natural excepcionalmente potente. Los componentes principales del própolis incluyen:
Gracias a esta mezcla única de ingredientes, el própolis ha sido altamente valorado desde tiempos antiguos por culturas que conocían y aprovechaban sus propiedades.
No fue sino hasta la década de los '70 que los estudios científicos pudieron demostrar que el própolis es efectivo para combatir bacterias y hongos, además de actuar como analgésico en lesiones de la piel. Los flavonoides, un tipo de compuesto orgánico con propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias, son los responsables de estas propiedades del própolis.
El própolis se usaba en el antiguo Egipto para la conservación de cuerpos durante el proceso de momificación. Se piensa que los egipcios descubrieron este uso tras observar cómo las abejas embalsamaban a sus muertos en los enjambres con própolis para evitar la descomposición. Siglos más tarde, los griegos y romanos descubrieron las propiedades curativas del própolis y lo emplearon para tal fin.
En el siglo XIX, antes de la invención de la penicilina, el própolis comenzó a usarse como antiséptico y antibiótico en heridas. Inicialmente, se aplicó a las heridas de los soldados en guerra, aunque luego su uso se extendió a la población general e incluso al tratamiento de llagas en el ganado.
El própolis tiene varios usos y beneficios, entre los que se incluyen: El própolis es efectivo como antiséptico y fungicida, puede utilizarse tópicamente en heridas, laceraciones, llagas causadas por úlceras de presión o quemaduras. El própolis puede aliviar dolencias bucales causadas por bacterias. Además, se ha demostrado que promueve la producción de esmalte dental, fortaleciendo los dientes y protegiéndolos contra microorganismos. Ciertas úlceras gástricas causadas por bacterias, así como infecciones intestinales, pueden tratarse con el consumo de própolis. Por su espectro de acción antibiótica, el própolis puede resultar útil para combatir infecciones en el sistema respiratorio, especialmente como tratamiento para la gripa. El própolis funciona como vasodilatador en el sistema circulatorio, es decir, puede ayudar a normalizar la presión arterial. Asimismo, impide la absorción de grasas en el intestino, por lo que puede reducir los niveles de colesterol en la sangre.
¿Qué es el Própolis?
Propiedades del Própolis
Historia del Própolis
Beneficios del uso de Própolis
? Como tratamiento para enfermedades de la piel:
? En problemas bucales:
? Enfermedades digestivas:
? Enfermedades respiratorias:
? Enfermedades circulatorias:
Descubra los Asombrosos Beneficios del Própolis para su Salud
SaludPor Gloria Paula Trujillo, 07.10.2024
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