Tanto la esclerosis múltiple (EM) como el autismo son afecciones neurológicas que perjudican a millones de individuos a nivel global. Un reciente estudio difundido en la revista Nature Neuroscience ha revelado que dos productos químicos frecuentes en nuestros hogares podrían contribuir a la aparición de estas enfermedades.
La investigación, encabezada por el equipo de la Universidad de Medicina Case Western Reserve, ha descubierto que algunos productos químicos que se utilizan con regularidad en el hogar pueden dañar específicamente a los oligodendrocitos en nuestro cerebro. Estas células desempeñan un rol crucial en la formación de una barrera protectora alrededor de las células nerviosas.
Los productos químicos identificados son los retardantes de llama organofosforados y los compuestos de amonio cuaternario (conocidos como quats o QAC). Los quats, que se encuentran en artículos como jabones para el cuerpo, suavizantes para la ropa, champús y desinfectantes, han mostrado causar daño en los oligodendrocitos. Por su parte, los retardantes de llama organofosforados, presentes en equipos electrónicos, elementos de construcción y muebles, pueden evitar el desarrollo adecuado de estos oligodendrocitos.
La pérdida de oligodendrocitos es una característica relevante en enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple y el autismo, según Paul Tesar el líder de la investigación. Tesar sugiere que estos productos químicos podrían ser un factor de riesgo hasta ahora desconocido para estas afecciones.
Los resultados de esta investigación son inquietantes especialmente por el extendido uso de estos productos químicos en nuestras vidas diarias. Los retardantes de llama organofosforados están presentes en una amplia gama de productos electrónicos y muebles, mientras que los quats se hallan en muchos productos de higiene y limpieza personal.
El Instituto Green Science Policy alerta sobre los peligros relacionados con estos productos químicos, incluyendo una potencial disminución en el coeficiente intelectual en niños, cancer y afectaciones hormonales. Añaden que los retardantes de llama pueden trasladarse de los muebles al polvo en el hogar, incrementando la exposición de las personas y las mascotas a estos compuestos.
Los científicos esperan que su estudio promueva una mayor concienciación sobre los peligros de exposición a estos productos químicos y estimule la implementación de medidas reguladoras o cambios de comportamiento que reduzcan su efecto en la salud humana.
