Las vacaciones de verano disminuyen el riesgo de infarto, según un estudio

Salud

Por Gloria Paula Trujillo, 16.09.2025



En diciembre pasado, un estudio reveló que las festividades decembrinas no son, como se podría imaginar, un momento de tranquilidad para nuestros corazones, especialmente los 'orgánicos'. Cada año, entre el 24 de diciembre y el 7 de enero, se observa un pico en las muertes por enfermedad cardiovascular, que no se puede atribuir al frío invernal. Así, ¿podría ser que este aumento en la mortalidad por enfermedades cardiovasculares sea una consecuencia del periodo vacacional? Y si ese es el caso, ¿qué ocurre durante el verano cuando la mayoría de la gente típicamente disfruta de vacaciones más largas? ¿Y qué pasa con los fines de semana? Los resultados son que el riesgo es menor, al menos en el caso de infartos agudos de miocardio, según un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Uppsala en Suecia.

Este estudio indica que el verano es un período en el que se observa una disminución en el número de infartos, contrario a lo que ocurre en las festividades navideñas y los lunes, cuando la incidencia de estos es mayor que en cualquier otro momento del año. Este es el primer estudio que evalúa estos períodos de tiempo culturalmente relevantes en una población general, en este caso de Suecia, a través de datos y registros no seleccionados y de alta calidad. Nos permitió investigar tanto el inicio de los síntomas como las fechas de admisión en el hospital.

Es sabido que las situaciones altamente estresantes incrementan el riesgo de tener un infarto agudo de miocardio. Esto incluye no solo las situaciones que suponen una amenaza real para la vida, como un terremoto, sino también situaciones que aceleran los corazones de una parte de la población, como los eventos deportivos de gran envergadura. Parece claro que, entre otros factores, el estrés psicosocial es un detonante de los infartos. Dado esto, uno podría esperar una mayor incidencia de infartos durante aquellos períodos del año que la población percibe como particularmente estresantes, como la Navidad. Pero, ¿qué pasa con las supuestas vacaciones de verano relajantes?

Para responder a esta pregunta, los autores analizaron los historiales médicos de 156,690 adultos ingresados por un infarto de miocardio en los hospitales suecos entre 2006 y 2013. Se centraron específicamente en las fechas – Navidad, fines de semana, lunes y vacaciones de verano. Los resultados mostraron que las vacaciones de verano correspondieron a una época en la que se redujo el número de ingresos por infarto. Específicamente, las personas que descansan durante el mes de julio tienen un riesgo 8% menor de sufrir este tipo de evento cardiovascular. Por el contrario, las festividades navideñas se asocian con un riesgo 7% mayor de sufrir un infarto.

Además, los lunes son incluso peores. El riesgo de tener un infarto es hasta un 17% mayor en cada inicio de la semana laboral. Por lo tanto, la forma en que la sociedad ha acordado los períodos de trabajo y descanso está bien alineada con nuestro reloj biológico interno, the ritmo circadiano. Sin embargo, los participantes empleados tuvieron la mayor tasa de infarto de todos, alrededor de un 20%. Estos y otros hallazgos podrían influir en las futuras políticas de salud pública. Pero eliminar la rutina de la semana laboral probablemente sería demasiado drástico.



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