Desde tiempos inmemoriales, culturas como la china, india y egipcia han exaltado los beneficios curativos del ajo y la cebolla. Estos ingredientes han sido utilizados desde entonces como remedios para diversas dolencias, incluyendo enfermedades cardíacas, tumores e incluso dolores de cabeza.
Hoy en día, estos dos alimentos son célebres por su contenido en flavonoles y compuestos organosulfurados, que son conocidos por sus propiedades anticancerígenas.
El papel crucial del sofrito
Un estudio reciente llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Búfalo y la Universidad de Puerto Rico reveló que el consumo diario de ajo y cebolla podría tener un impacto significativo en la disminución del riesgo de cáncer de mama.
El cáncer de mama es la mayor causa de muertes por cáncer entre mujeres a nivel global.
El estudio se centró particularmente en las mujeres puertorriqueñas, debido a su frecuente consumo de sofrito, un preparado en el que el ajo y la cebolla son fundamentales. Según los investigadores, el consumo habitual de este alimento hace que las mujeres en Puerto Rico ingieran mayor cantidad de ajo y cebolla en comparación con las mujeres de Estados Unidos y Europa. Otro dato a considerar es que Puerto Rico cuenta con una de las tasas más bajas de cáncer de mama.
En el desarrollo de esta investigación, se examinaron los datos de 314 mujeres con cáncer de mama y 346 mujeres saludables que se utilizaron como grupo de control.
Los resultados de este análisis apuntaron que las mujeres que consumieron sofrito más de una vez al día presentaron una reducción del 67 por ciento en su probabilidad de desarrollar cáncer de mama en comparación con las mujeres que consumían sofrito con menos frecuencia.
El equipo de investigación concluyó que los resultados fueron similares tanto para mujeres premenopáusicas como para las posmenopáusicas, destacando que el volumen total de consumo diario de ajo y cebolla estaba vinculado directamente con la disminución del riesgo, a pesar de si se consumían en otros platos además del sofrito.
Estudio de propiedades
Las propiedades anticancerígenas del ajo y la cebolla han sido evaluadas en diversos modelos celulares y animales. Los compuestos presentes en ambos ingredientes, como el disulfuro de dialilo en el ajo y la S-alilmercaptocisteína en la cebolla, pueden inhibir la proliferación celular.
La investigación apuntó que el sofrito puertorriqueño fue fundamental para los resultados obtenidos.
Otros componentes como la quercetina de las cebollas, contribuyen a bajar la expresión de proteínas mutantes p53 en células de cáncer de mama, mientras que la alicina, encontrada en el ajo, tiene la capacidad de detener la proliferación de células de cáncer de mama humano.
Además, los compuestos presentes en estos ingredientes pueden limitar la combinación de carcinógenos y ADN, protegiendo así a las células. Tanto el ajo como la cebolla tienen propiedades anti-radicales, otro mecanismo anticancerígeno propuesto.
Por último, el estudio concluye que sus hallazgos ofrecen pruebas de que el consumo regular de ajo y cebolla se asocia con un menor riesgo de cáncer de mama.
¿Y tú? ¿Incluyes ajo y cebolla en tu dieta habitual? ¿Conocías sus beneficios? Comparte tus opiniones y experiencias con nosotros.
