Una corriente de pensamiento ideada por Zenón de Citio que promociona el autocontrol, sabiduría y equilibrio emocional ha influido en figuras importantes, incluyendo Marco Aurelio y Nelson Mandela. La esencia de este sistema filosófico es más accesible de lo que se piensa. Ahora te explicaremos cómo funciona.
¿Cómo se originó el Estoicismo?
Todo empezó cuando un hombre, desterrado y desposeído de todas sus posesiones, descubrió las obras de Sócrates y Aristóteles en una librería. Este hombre era Zenón de Citio, y esa lectura transformó su vida por completo.
Inspirándose en estos grandes filósofos, Zenón decidió compartir sus conocimientos a través de sus enseñanzas. Así nació el estoicismo, una corriente filosófica que alienta la virtud, la paciencia y el autocontrol. La influencia del estoicismo se hizo sentir rápidamente en toda la sociedad y se convirtió en la filosofía popular de su tiempo por su efecto calmante y esperanzador.
¿Qué es el Estoicismo?
A diferencia de otras escuelas filosóficas, el estoicismo reconoce que hay muchas cosas en el mundo que son perjudiciales y que no se pueden cambiar. Sin embargo, en lugar de resignarse, sostiene que uno siempre puede encontrar una solución y superar la adversidad, sin importar cuán desalentador pueda parecer.
En lugar de buscar un mundo utópico, los estoicos prefieren aceptar la realidad tal como es, preparándose para los escenarios más desalentadores – a menudo los más probables – y confiados en que, independientemente de las circunstancias, siembran la semilla para una salida
Uno de los principios clave de esta filosofía antigua es la serenidad. Los estoicos creían que perder los estribos no era un comportamiento que reflejara sabiduría. Por el contrario, aquellos que podían mantener la compostura y regular su temperamento, incluso en medio del caos, eran considerados sabios.
Marco Aurelio, un emperador romano y seguidor de esta filosofía, solía decir "Todos somos más fuertes de lo que imaginamos". El objetivo de esta cita es minimizar la gravedad de las preocupaciones y dar esperanza a aquellos que se sienten abrumados por la adversidad.
Séneca, otro filósofo romano y estoico, decía "A veces, hasta vivir es un acto de valentía". Este pensamiento representa el espíritu estoico de buscar esperanza incluso en medio del caos cifrado de la vida.
"Cuando te levantes por la mañana, piensa en el privilegio de vivir: respirar, pensar, disfrutar, amar." - Marco Aurelio A pesar de ser uno de los gobernantes más poderosos de Roma, Aurelio creía firmemente en esta filosofía, y su objetivo era valorar los pequeños detalles y momentos positivos de la vida, elevándolos por encima de las dificultades cotidianas.
Las Cuatro Virtudes del Estoicismo
El estoicismo es una filosofía que enfatiza el crecimiento personal y, a través de él, el mejoramiento de las comunidades. Sus principios se basan en cuatro virtudes clave:
- Sabiduría: La habilidad para manejar cualquier situación con lógica y racionalidad.
- Templanza: Aprender a controlar deseos y emociones y vivir con moderación.
- Justicia: Tratar a todos con equidad, considerando sus derechos y verdades.
- Coraje: Mostrar la fortaleza emocional necesaria para enfrentar y aceptar los retos de la vida.
¿Cómo practicar el Estoicismo hoy?
El Estoicismo está tan vivo hoy como lo estaba en los días de Marco Aurelio y Séneca. Líderes modernos como Nelson Mandela también adoptaron sus enseñanzas. Se puede aplicar en la vida cotidiana, persiguiendo los sueños con valentía, justicia y sabiduría. Para empezar a practicar el estoicismo, podemos seguir cinco sencillos pasos:
- Paso 1: Aprende a manejar tus emociones. Marco Aurelio encontró ayuda en la meditación para lograr esto.
- Paso 2: Encuentra un modelo a seguir que te inspire.
- Paso 3: Aprende a aceptar el fracaso como parte de la vida, y no como un obstáculo para el éxito.
- Paso 4: Lee con frecuencia y aplica lo que aprendes en tus acciones diarias.
- Paso 5: Reflexiona sobre cómo utilizas tu tiempo y asegúrate de enfocarte en lo que realmente importa.
Los ejemplos de personajes históricos como Marco Aurelio y Nelson Mandela demuestran que los principios del estoicismo siguen siendo relevantes hasta el día de hoy. Está claro que este linaje filosófico no promueve la pasividad, sino la aspiración a metas y sueños de manera justa y consciente.
