Diego Rivera, un afamado pintor procedente de México, se consolidó como una figura clave en el arte del siglo XX. Rivera se especializó en la creación de murales con un enfoque social, dando voz a las luchas y a la historia de su gente.
Rivera nació en Guanajuato y se formó en la Academia de Bellas Artes de San Carlos en la Ciudad de México. Entre 1907 y 1921, estudió arte en Europa, principalmente en España y Francia. Allí se empapó de influencias variadas como el impresionismo de Renoir, el cubismo de Picasso, y la increíble composición de Cézanne, entre otros.
Vista de Toledo (1912) - Óleo sobre lienzo. 112 x 91 cm. Localizado en la Fundación Amparo de Espinosa, Puebla
En 1921, Rivera volvió a México y jugó un papel vital en el renacimiento del arte mural, promovido tanto por otros artistas como por el propio gobierno. Se dedicó a pintar frescos que representaban la historia y los retos sociales de su país en lugares públicos, con la convicción de que el arte debía ser accesible y beneficial para la clase trabajadora.
De 1923 a 1926, trabajó en los murales frescos que decoran la Secretaría de Educación en la Ciudad de México. Sin embargo, su obra maestra es considerada "La tierra fecunda (1927)", un mural diseñado para la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, en el que Rivera presenta el desarrollo biológico del hombre y su conquista de la naturaleza.
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América Prehispánica (1950) - Óleo sobre lienzo. 70 x 92 cm. Localizado en la Colección Licio Lagos, México
Rivera también pintó murales en el Palacio de Cortés en Cuernavaca en 1930 y en la Secretaría de Salubridad. En 1929 se casó con Frida Kahlo, otro icono importante en la pintura mexicana del siglo XX. Fue cofundador del Partido Comunista Mexicano, y su increíble talento le permitió exhibir y trabajar en los Estados Unidos. Una de sus obras más notables en los EE.UU. es su mural en el Instituto de Bellas Artes de Detroit (1932-1933).
Festival de las flores (1925) - Óleo sobre lienzo. 147.3 x 120.7 cm. Localizado en el County Museum of Art, Los Angeles
En 1935 terminó uno de sus proyectos más ambiciosos, los frescos que adorna la escalera monumental del Palacio Nacional en la Ciudad de México, en los que presentó su propia interpretación de la historia de México, desde tiempos precolombinos hasta su tiempo.
Autorretrato dedicado a Irene Rich (1941) - Óleo sobre lienzo. 61 x 43 cm. Localizado en el Smith College Museum of Art, Northampton
Diego Rivera no sólo fue conocido por sus murales; también produjo una colección extensa de obras sobre lienzo que satirizan, celebran y exploran el folklore de su país natal. Sus últimos trabajos se centraron en el uso del mosaico de piedras naturales, como los que se pueden ver en exterior del Estadio de la Ciudad Universitaria de México y del Teatro Insurgentes.
Estudio del pintor (1954) - Óleo sobre lienzo. 178 x 150 cm. Localizado en la Colección de la Secretaría de Hacienda Crédito Público, México
Diego Rivera dejó una invaluable huella en el panorama artístico mexicano gracias a su vasto acervo de obras de arte, que abarcaba diversos estilos y medio. Falleció en la Ciudad de México el 24 de noviembre de 1957, pero su impacto en el arte persiste hasta el día de hoy.
