Conocido por sus múltiples facetas como aventurero, escritor, diplomático, bibliotecario y agente secreto, Giacomo Casanova es una figura que fascina la historia. Originario de Venecia, nació el 2 de abril de 1725, pero su fama trasciende su ciudad natal, recordándose en todo el mundo por su encanto y destrezas intelectuales.
Perteneciendo a una dinastía de actores, Casanova pasó su infancia bajo la tutela de su abuela, mientras su madre se encontraba de gira por toda Europa. Su vida cambió drásticamente después de concluir sus estudios universitarios cuando tuvo su primera experiencia íntima que sentaría las bases de sus constantes aventuras románticas. Su ingenio y carisma lo convirtieron en una figura muy popular en la sociedad liberal de Venecia.
Su vida estuvo llena de aventuras, incluyendo su viaje a través de Europa, donde fue perseguido por problemas financieros, una adicción desmedida al juego y su obsesión por encontrar siempre nuevas conquistas amorosas. Su estilo de vida provocó su captura en Venecia en 1753, viéndose obligado a pasar cinco años en confinamiento. A pesar de esto, logró escapar y continuó sus periplos, lo que le permitió encontrarse con personalidades de la época como Mozart y Voltaire.
Finalmente, Casanova se estableció en la República Checa, donde trabajó como bibliotecario. Este empleo le dio el tiempo y la oportunidad de escribir sus memorias. Casanova falleció el 4 de junio de 1798, pero su legado perdura a través de su historia de vida y sus escritos.
Reflexiones de Giacomo Casanova
Dejó importantes frases que reflejan su manera de ver la vida y el amor:
"He adoptado un lema que justifica mis constantes desviaciones y los comentarios que hago, quizás excesivamente, sobre mis hazañas de todo tipo".
"Siempre he sido víctima de mis propios sentidos".
"Siempre he encontrado dulce el aroma de las mujeres que he amado".
"¡Aburrimiento cruel! solo por olvido no te han hecho los autores de las penas del infierno figurar entre ellas".
"¡Oh muerte! ¡Muerte cruel! Ley fatal que Naturaleza debería reprobar, dado que su único objetivo es la destrucción".
"Siempre he considerado que nací para el bello sexo, lo he amado siempre y me he hecho amar por él en todas las maneras posibles".
"Si sintiera algo después de mi muerte, no dudaría en desmentir a todos los que me vengan a decir que he muerto".
"La razón es una pequeña divinidad del Creador. Si la usamos para ser humildes y justos, no podemos sino agradar a aquel que nos la dio".
"He tenido amigos que han sido amables conmigo, y ha sido mi buena fortuna contar con la capacidad de darles muestras sustanciales de mi gratitud".
"He tenido, sucesivamente, todos los temperamentos: el colérico en mi infancia, el sanguíneo en la juventud; más tarde, el bilioso, y, al final, el melancólico, que probablemente ya no me abandonará".
"Es falso que la aspiración a una recompensa no es adecuada para la verdadera virtud y que ofende su pureza; al contrario, sirve para mantenerla, dado que el hombre es demasiado débil para desear la virtud solo por complacerse a sí mismo".
"Como las verdaderas virtudes son solo hábitos, me atrevo a decir que los verdaderos virtuosos son aquellos que ejercen la virtud sin esfuerzo. Estos no albergan ninguna idea de intolerancia, y para ellos es quienes he escrito".
