El poder de las dietas bajas en carbohidratos contra la diabetes

Salud

Por Gloria Paula Trujillo, 23.08.2025



Los avances recientes han presentado estrategias nutritionales emergentes diseñadas para luchar contra la diabetes. Una combinación de ejercicio prescrito y la aplicación de dietas controladas se han convertido en la base del tratamiento y manejo de esta enfermedad.

Las dietas bajas en carbohidratos y altas en grasa han ganado popularidad en los últimos años, aunque su impacto a largo plazo en la glucemia y el riesgo cardiovascular aún se desconoce debido a la falta de estudios. Para esclarecer este tema, un estudio llevado a cabo por Tay y colaboradores exploró los efectos de una dieta baja en carbohidratos y alta en grasas insaturadas (LC) versus una dieta alta en carbohidratos y baja en grasa (HC) en el control glucémico y los factores de riesgo cardiovascular en pacientes con diabetes mellitus tipo 2.

Durante 52 semanas, 115 adultos obesos con diabetes (edad promedio: 58 años; índice de masa corporal: 34,6; HbA1c: 7,3%) fueron monitoreados. Fueron divididos aleatoriamente en dos grupos y asignados a una de las dos dietas: una dieta baja en carbohidratos (LC) o una dieta alta en carbohidratos (HC).

Los individuos en ambos grupos siguieron un régimen de dieta individualizado, con una restricción calórica del 30% para facilitar la pérdida de peso. Además, los participantes realizaron ejercicio supervisado, incluyendo cardio y entrenamiento con pesas, durante 60 minutos tres días a la semana.

Los marcadores clave de la salud metabólica, como la glucosa basal, la hemoglobina glicosilada (que mide los niveles promedio de azúcar en sangre), el perfil lipídico, el peso corporal y la presión arterial, fueron evaluados al inicio del estudio, en la semana 24 y finalmente en la semana 52.

Los resultados mostraron que ambos grupos lograron reducciones similares en el peso, presión arterial, hemoglobina glicosilada, glucosa basal y colesterol LDL. Sin embargo, la dieta LC superó a la HC en varios criterios, incluyendo la puntuación de mediación para la diabetes, la variabilidad de la glucemia y los niveles de triglicéridos y de colesterol HDL.

En conclusión, si bien ambas dietas lograron una disminución significativa en el peso, la hemoglobina glicosilada y la glucosa en ayunas, la dieta baja en carbohidratos y alta en grasas insaturadas condujo a mejoras adicionales en el perfil lipídico y en la estabilidad de la glucosa en sangre. Además, esta dieta ayudó a disminuir la necesidad de medicación para la diabetes, lo que implica que la dieta LC podría ser efectiva como parte de una estrategia integral para el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2.

Estos descubrimientos abren nuevos caminos para explorar cómo las dietas altas en carbohidratos pueden impulsar muchos de los problemas metabólicos actuales, y subrayan la necesidad de soluciones novedosas para una enfermedad que se está convirtiendo rápidamente en una epidemia.



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