Si ha experimentado dolor de espalda, es probable que alguien le haya aconsejado descansar y evitar cualquier actividad física. Pero, ¿sabía que mantenerse inactivo podría empeorar su condición? Vamos a explorar por qué.
El dolor de espalda es una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo, con un impacto significativo en la calidad de vida de las personas y costos considerables para el sistema de salud.
El dolor lumbar: el más frecuente
El tipo más común de dolor de espalda es el dolor lumbar. Aunque puede ser causado por varios factores, la mayoría de las veces no está vinculado a una enfermedad grave o a la temida ciática. De hecho, el 90% de las veces, el dolor lumbar no está asociado a una lesión específica y tiende a mejorar con el tiempo.
Tradicionalmente, el reposo total ha sido una recomendación común para el tratamiento del dolor de espalda. Esta creencia surgió en el siglo XX, con la idea de que limitar el movimiento podría prevenir el empeoramiento de la lesión. Sin embargo, la evidencia científica actual ha demostrado que el reposo absoluto puede tener efectos adversos, incluyendo la pérdida de fuerza muscular y la rigidez en las articulaciones.
Mantenerse activo puede ser la clave
Frente al dolor lumbar, las directrices clínicas modernas aconsejan exactamente lo contrario: evitar el reposo prolongado, recuperar gradualmente nuestras actividades cotidianas y mantener una actividad física regular. No se recomienda un ejercicio específico, sino aquel que se adecue al individuo.
Para aquellos que necesitan orientación, se sugiere trabajar con un fisioterapeuta que pueda guiarles en este proceso. Las clases de ejercicio en grupo también pueden ser una excelente opción, ofreciendo beneficios físicos y sociales.
Aquí dejamos algunos consejos útiles para mantenerse activo ante el dolor de espalda:
Relájate con ejercicios respiratorios, como las respiraciones diafragmáticas que ayudan a relajar la musculatura del tronco.
Realiza ejercicios de movilidad para la columna y las caderas, que pueden ayudar a liberar tensiones y reducir el dolor.
Fortalece tus músculos. Algunos pueden estar débiles debido al desuso y fortalecerlos puede ser beneficioso para disminuir el dolor.
Realiza estiramientos suaves y sencillos para movilizar la espalda.
Prueba yoga o pilates. Ofrecen una combinación de movilidad, fortalecimiento y flexibilidad.
Participa en ejercicio aeróbico regular. Puede ser caminar, nadar, subir escaleras o andar en bicicleta.
Movimiento = Mejora
La evidencia científica respalda que mantenerse activo puede acelerar la recuperación y mejorar la calidad de vida a largo plazo. Si usted sufre de dolor de espalda, en vez de quedarse en la cama, considere el movimiento como una parte esencial para la recuperación. Con la ayuda de la fisioterapia y actividades modificadas temporalmente, usted puede marcar una gran diferencia en su proceso de recuperación.
