¡Las revoluciones ocultas de la escritura! El fascinante origen de la máquina de escribir

Curiosidades

Por Gloria Paula Trujillo, 13.12.2024



¡Las revoluciones ocultas de la escritura! El fascinante origen de la máquina de escribir

¡De la pluma a las teclas, descubre cómo transformamos nuestra forma de escribir!

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En el siglo XIX, el auge de los trabajos de oficina fomentó el uso de secretarios y contables. Sin embargo, todos los documentos se redactaban a mano, lo que hacía que la escritura de documentos en serie fuera una tarea tediosa y lenta. Esto puso de manifiesto la urgente necesidad de innovar para seguir progresando en el mundo empresarial.

A lo largo de los siglos XVIII y XIX, unos cincuenta inventores intentaron encontrar una manera de automatizar la escritura, sin éxito. Te presentamos la historia detrás de uno de los inventos que cambió radicalmente nuestra forma de escribir: la máquina de escribir.

El primer intento conocido de crear una máquina de escribir fue realizado por el inventor Henry Mill, quien obtuvo una patente de la Reina Ana de Gran Bretaña en 1714. Sin embargo, fue el inventor estadounidense William Austin Burt quien, en 1829, logró dar un importante paso adelante con una máquina llamada tipógrafo, aunque esta máquina aún era más lenta que escribir a mano.

Poco a poco, se fueron incorporando mejoras. En 1833, el inventor francés Xavier Progin obtuvo una patente por una máquina que usaba por primera vez un sistema de líneas de linotipia separadas y accionadas por palancas separadas, un principio que todavía se usa en las máquinas de escribir modernas.

El avance más notable hacia las máquinas de escribir modernas fue la introducción del rodillo cilíndrico, que en la mayoría de las máquinas modernas se utiliza para desplazar el papel entre caracteres y entre líneas. El inventor estadounidense Charles Grover Thurber fue el primero en utilizar este método en 1843.

Varios inventores intentaron crear máquinas que pudieran producir impresiones en relieve para ser leídas por personas ciegas. Una de estas máquinas, desarrollada en 1856, era similar a la máquina de escribir moderna en cuanto a la disposición de las teclas y las líneas de linotipia, pero grababa las letras en relieve en una tira de papel estrecha en lugar de en una hoja.

La verdadera revolución llegó en 1868, cuando el inventor Christopher Sholes patentó una máquina de escribir práctica por primera vez. En 1873, E. Remington and Sons de Ilion, Nueva York, fabricaron el primer modelo industrial. Este modelo, producido para los inventores estadounidenses Sholes y Glidden, tenía casi todas las características esenciales de las máquinas modernas y marcó el comienzo de la comercialización de las máquinas de escribir.

La evolución continuó con el desarrollo de máquinas de escribir pequeñas y portátiles, máquinas de escribir silenciosas y máquinas de escribir eléctricas. La aparición de controles electrónicos hizo posible que la máquina de escribir moderna no solo sirviera para escribir sino que también se convirtiera en un procesador de datos. Muchas de estas máquinas servían como terminales de computadoras, permitiendo la edición de información en una pantalla de rayos catódicos.

Definitivamente, la invención de la máquina de escribir marcó un hito en el mundo de las letras y los negocios, permitiendo que los procesos de escritura se volvieran mucho más eficientes y menos complicados. Sin duda, podemos considerarlo como uno de los grandes logros de la innovación.

¿Sabías que la máquina de escribir jugó un papel tan importante en nuestra historia? Cuéntanos, ¿alguna vez has utilizado una máquina de escribir?

--- Fuentes: monografias | Foto: Máquina de escribir antigua Shutterstock



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