La Piedra de Rosetta es una tablet de granito oscuro descubierta cerca de Rashid, Egipto, en 1799. Este hallazgo es crucial, ya que ayudó a los expertos a interpretar la antigua escritura jeroglífica egipcia, que hasta ese momento, permanecía misteriosa. La piedra presenta tres franjas horizontales, cada una grabada con el mismo texto pero en tres diferentes escrituras. La parte superior estaba en jeroglíficos, la sección central en demótico, una forma de escritura egipcia, y la parte inferior en griego antiguo. Fue el investigador y científico inglés Thomas Young quién se dio cuenta de las correspondencias entre los textos de la piedra, y el egiptólogo francés Jean-François Champollion fue quién logró descifrar por completo el misterio, abriendo un nuevo capítulo en la compresión del antiguo Egipto. El oficial francés Pierre-François Bouchard, miembro de una expedición de ingenieros durante la campaña de Napoleón Bonaparte contra los británicos en Egipto, encontró la piedra. Bouchard observó el objeto con detenimiento mientras realizaba su deber habitual de demoler un viejo muro, y notando las inscripciones en la piedra, rápidamente la mandó a Alejandría. La piedra tiene unas dimensiones aproximadas de 114 cm de alto, 72 cm de ancho y 28 cm de espesor. Se cree que formaba parte de una estela, una piedra vertical generalmente usada como monumento conmemorativo. El texto inscrito en la piedra contiene el llamado Decreto de Memfis, grabado en el año 196 a.C., durante el reinado de Ptolomeo V Epífanes. Este texto es esencialmente una serie de elogios y agradecimientos al soberano, siendo un invaluable testimonio histórico. Actualmente, la Piedra de Rosetta se encuentra exhibida en el Museo Británico en Londres, y es uno de los objetos más valiosos de la colección. ¿Te gustaría verla en persona y admirar el objeto que ayudó a descifrar los misterios de la antigua escritura egipcia?
