Revelado: La fascinante historia detrás de la superstición del espejo roto

Curiosidades

Por Gloria Paula Trujillo, 30.03.2024



La creencia de que romper un espejo trae mala suerte es una superstición ampliamente conocida. Pero ¿alguna vez te has preguntado de dónde viene esta creencia? Su origen se remonta a mucho antes de que se fabricaran los espejos de vidrio, combinando elementos de la religión, la economía y la cultura de varias civilizaciones antiguas.

Ancient Egyptians, Hebrews, and Greeks didn't have glass mirrors as we know them today. Instead, they used polished metals like brass, silver, bronze, or gold, which were supposed to be unbreakable, to see their reflection.

La forma en que estos antiguos espejos se usaban en adivinación también jugó un papel importante en la creación de esta superstición. Alrededor del siglo VI a.C., los griegos desarrollaron una forma de adivinación llamada catoptromancia que utilizaba cuencos de agua como espejos. Al igual que la bola de cristal de los gitanos, se creía que estos cuencos podían revelar el futuro de una persona.

Si uno de estos cuencos de agua se rompía, se interpretaba como un mal presagio. Los adivinos interpretarían tal evento como la posibilidad de una muerte inminente o un futuro lleno de desastres para la persona que sostenía el cuenco.

El romano de siglo I agregó un nuevo giro a esta superstición, creyendo que la salud de una persona cambia en ciclos de siete años y que un espejo roto pronostica siete años de mala suerte y mala salud.

A medida que los espejos evolucionaron y se convirtieron en objetos de lujo, la superstición adquirió un nuevo sentido práctico y económico. En el siglo XV, los venecianos comenzaron a fabricar espejos de vidrio con la parte de atrás recubierta de plata, que podían romperse fácilmente. Debido a su alto costo, las personas trataban estos espejos con extremo cuidado, y los sirvientes se les advertía seriamente contra la rotura de estos valiosos objetos.

Hourglass shape of silver mirror on blank multicolored wall

Esta efectiva estratagema se utilizó para enfatizar la creencia en la mala suerte asociada con la rotura de un espejo, que prevalece hasta nuestros días. Incluso después de que se empezaran a fabricar espejos más baratos en Inglaterra y Francia a mediados del siglo XVII, esta superstición ya estaba bien arraigada en la cultura europea.

Conclusión

Así que la próxima vez que se te rompa un espejo, ya sabes a quién culpar: ¡a los antiguos griegos, romanos y venecianos! Y recuerda: no importa cuántas veces escuches que romper un espejo trae siete años de mala suerte, se trata simplemente de una antigua superstición.



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