La llamada Guerra de las Naranjas es una sorprendente denominación que se otorgó a un conflictivo período militar muy breve, instalado entre los terrenos meridionales de Portugal, y librado por España y dicha nación. Este suceso tuvo lugar entre mayo y junio de 1801.
Esta situación se originó cuando Napoleón, en el año 1801, trató de persuadir a Portugal para que se separara de Inglaterra, su aliado en ese momento. Sin embargo, Portugal se negó a generar tal desunión, y rechazó rotundamente la posibilidad de ser gobernados por Napoleón.
En ese contexto, entre Francia y Portugal, estaba situada España – bajo la administración de Manuel Godoy en ese período–. Napoleon entonces coaccionó a España a que declarara la guerra a Portugal, esto debido a su rechazo a renunciar a su lealtad hacia los ingleses.
Debido a la resistencia portuguesa de acatar las demandas franco-españolas, estalló la beligerancia. La guerra inició el 20 de mayo de 1801 y se extendió únicamente durante 18 días. En este tiempo, España logró ocupar varias localidades portuguesas, todo bajo la dirección de Manuel Godoy.
Resulta interesante el origen del nombre de esta guerra, que fue producto de un hecho irónico. Una vez que Godoy capturó con éxito la localidad portuguesa de Elvas, los soldados recolectaron unas ramas de naranjos. Estos, posteriormente fueron enviados por Godoy a María Luisa de Parma, amante del mismo y esposa del rey de España, Carlos IV.
Finalmente, la paz fue firmada en Badajoz, el día 6 de junio. En dicho tratado, todas las zonas conquistadas –cerca de veinte plazas– fueron devueltas, con excepción de algunas posiciones fronterizas que España deseaba mantener.
Aunque la guerra fue corta, Napoleón no logró cumplir su objetivo de conquistar Portugal. No obstante, consiguió que Portugal cerrara sus puertos a Inglaterra, al menos.
Y a ti, ¿te ha sorprendido esta guerra de las naranjas? ¿Conoces otras historias curiosas de conflictos bélicos?
