El Glutamato de Sodio: El Asesino Silencioso En Tu Cocina

Salud

Por Gloria Paula Trujillo, 27.06.2024



El glutamato de sodio E621, un aditivo omnipresente en la mayoría de productos alimenticios procesados, figura entre las toxinas más comúnmente ingeridas en nuestra dieta cotidiana. El glutamato de sodio es un riesgo para la salud, especialmente porque es un ingrediente básico en la mayoría de los menús de los restaurantes, donde se emplea como potenciador del sabor.

Este aditivo tiene una apariencia similar a la del azúcar y la sal y normalmente es blanco y cristalino en forma de polvo. También es posible encontrarlo en una versión líquida. Con un sabor que evoca las sopas de carne, este potenciador de sabor puede ser incluido en cualquier tipo de alimento. El consumo de glutamato de sodio, conlleva a un aumento de apetito lo que puede causar obesidad y comer en exceso.

Funcionando de modo similar a algunas drogas, el glutamato de sodio origina adicción debido a su capacidad para afectar las células cerebrales. Esta adicción ocurre porque el aditivo es absorbido rápidamente en el torrente sanguíneo y después en el cerebro, donde modifica los genes que controlan la percepción del gusto.

El glutamato de sodio se utiliza en gran cantidad de alimentos procesados, como embutidos, hot dogs, papas fritas, comidas enlatadas, cerveza y sopas preparadas. La dosis diaria sugerida para un adulto es de 1.5 gramos, mientras que para los niños debe ser menor a un gramo.

Las afecciones más habituales relacionadas con sobredosis de glutamato de sodio incluyen: alteraciones visuales, náuseas, debilidad, dolor en el pecho, migrañas y dolores de cabeza, vértigo y desequilibrio hormonal entre otros. Estos síntomas son resultado de las asombrosas 200 mil toneladas que se consumen de este potenciador de sabor cada año a nivel global. Esta sobredosis se conoce como síndrome del restaurante chino.

Fueron científicos japoneses quienes en primera instancia descubrieron los usos del glutamato de sodio y observaron cómo este mejora el sabor de los alimentos, especialmente de aquellos que son enlatados, comida rápida y congelada.

Debido a su creciente fama, este aditivo se ha vuelto esencial en la industria alimentaria para incrementar las ventas, especialmente en América.

El glutamato de sodio presenta varios efectos secundarios que sobrepasan su utilidad para mejorar el sabor de los alimentos. Primero, cambia los receptores del gusto de la lengua, lo que hace que los alimentos parezcan más sabrosos de lo que realmente son. Esto resulta en una adicción a alimentos procesados, como las papas fritas, dulces, comidas preparadas y muchos otros.

Un estudio llevado a cabo en ratones demostró que aquellos expuestos al glutamato de sodio perdieron la vista.

Otro punto importante es que, a pesar de su toxicidad, el aditivo E621 resulta muy rentable para las compañías de alimentos debido a su bajo costo, y a que incrementa las ventas del producto. Por lo tanto, es primordial prestar atención a lo que estamos consumiendo y tener siempre en cuenta que los alimentos procesados pueden ser un riesgo para nuestra salud. Cada vez que compres este tipo de alimentos, verifica que no contengan este aditivo. Puedes mejorar tus comidas con especias naturales, una alternativa mucho más saludable y sin riesgos.



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