Tal vez hayas disfrutado de la adrenalina que te provocan las películas de terror que narran la historia de Annabelle, una muñeca poseída. Se han creado cuatro películas de gran éxito en taquilla alrededor de este personaje... pero ¿sabías que todo se basa en una historia real?
Apareció por primera vez en 1915 la famosa muñeca de trapo Raggedy Ann, con su cabello rojo y nariz triangular. El creador de esta franquicia, Johnny Gruelle, la expandió hasta incluir teatro, libros, series de televisión y cómics. No era extraño tener una muñeca Raggedy Ann... pero nadie podía imaginar la espeluznante leyenda que surgiría con respecto a una de estas muñecas...
En 1970, una madre le regaló a su hija Donna (de 20 años) una de estas populares muñecas. Donna, que al parecer fue la primera propietaria de esta muñeca Raggedy Ann, estudiaba enfermería y compartía un apartamento con su compañera de cuarto, Angie. Ambas chicas empezaron a darse cuenta de que cosas extrañas empezaban a suceder en la casa: alguien estaba dejando notas extrañas con mensajes como "ayúdanos" o "salva a Lou", el novio de Donna.
Sin embargo, lo que realmente asustó a Donna y a Angie, además de la aparición de estos mensajes extraños, fue el hecho de que su nueva muñeca parecía moverse por sí sola.
Las chicas pensaron inicialmente que esto era alguna broma de sus amigos, pero decidieron contratar a un médium cuando un día encontraron manchas de sangre en el pecho de la muñeca.
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El médium les informó que una niña llamada Annabelle Higgins había muerto en la casa y que ahora vivía dentro de la muñeca.
Donna y Angie terminaron dando la bienvenida a Annabelle a su hogar, pero la pesadilla apenas empezaba...
Lou siempre había querido deshacerse de la muñeca, y empezó a tener pesadillas en las que la muñeca era protagonista. En una de estas pesadillas, despertó aterrorizado y vio a la muñeca junto a su cama.
Finalmente, Lou decidió que era hora de destruir a Annabelle. Pero cuando llegó a la casa de Donna, la encontró completamente vacía excepto por la muñeca, que lo esperaba sentada en una esquina. Tan pronto como entró en la habitación, Lou comenzó a sentir un terrible dolor en el pecho y encontró un conjunto de marcas que parecían rasguños en su cuerpo.
Finalmente, Donna y Angie se dieron cuenta de que no podían seguir viviendo con la presencia maligna de Annabelle en su hogar y se pusieron en contacto con los famosos detectives paranormales Ed y Lorraine Warren.
De muñeca poseída a temida atracción turística
Los Warren les explicaron a las chicas que la entidad que poseía a la muñeca no era una niña, sino un espíritu maligno que quería poseer a Donna. Decidieron llevarse la muñeca a su museo de lo oculto en Connecticut, Estados Unidos.
Los problemas de Donna, Angie y Lou parecían haber terminado, pero los Warren pronto descubrieron que Annabelle no estaba dispuesta a dejar de causar problemas.
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Finalmente, los Warren tuvieron que llamar a un sacerdote para que exorcizase a la muñeca. El sacerdote se burló de la muñeca durante un tiempo, pero cambió de opinión después de sufrir un accidente casi fatal.
En un incidente aún más escalofriante, una pareja de adolescentes visitó el museo y uno de ellos comenzó a golpear el vidrio del escaparate de Annabelle, por lo que fueron expulsados del lugar. El chico se mofó de la muñeca mientras conducía a casa con su novia y poco después, perdió el control de su vehículo y tuvo un fatal accidente.
Después de la muerte de Lorraine Warren en 2019, el Museo de lo Oculto cerró, pero Annabelle sigue siendo un ícono popular de la cultura paranormal y ha sido llevada a la gran pantalla gracias a varias películas de terror.
Annabelle: un símbolo del pop de la cultura paranormal
La muñeca Annabelle alcanzó el estrellato después de aparecer en la película The Conjuring y, debido al éxito de la cinta, se han realizado tres películas completamente dedicadas a ella, todas siendo rotundos éxitos taquilleros.
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Los expertos en el campo paranormal insisten en que el espíritu maligno permanece todavía dentro de la muñeca, esperando el momento adecuado para escapar y sembrar nuevamente el terror...
