José Gregorio Hernández: el médico venezolano a la puerta de la santidad

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Por Gloria Paula Trujillo, 29.07.2024



Introducción

En un hogar de sólida fe católica creció José Gregorio Hernández, cuya inclinación por la iglesia marcó toda su existencia. Sus raíces ascendían hasta el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, confesor de la Reina Isabel la Católica, y hasta el Santo Hermano Miguel. Quizá porque la fe estaba ya en su sangre, a sus 13 años decidió mudarse a Caracas para estudiar Medicina, siguiendo el consejo de su padre, y acabó descubriendo su verdadera vocación en esta disciplina.

Después de completar su formación en Medicina en Venezuela, viajó a París para especializarse y traer a su país una modernización en el campo médico. Posteriormente, dotó a Venezuela de importantes avances tecnológicos y lideró la educación de científicos y médicos en las técnicas científicas más modernas de la época.

Sin embargo, a pesar de las creencias generalizadas, José Gregorio no introdujo el primer microscopio en Venezuela. Este hito corresponde a Pehr Lofler, un botánico sueco, en 1753. Pero fue José Gregorio quien consolidó el uso habitual de esta tecnología en el país, introduciendo el microscopio de la marca Zeiss.

Su labor humanitaria

Además de sus contribuciones significativas a la ciencia y la medicina, José Gregorio destacó por su amor y dedicación a sus pacientes. En ocasiones, incluso renunciaba a su honorario cuando sus pacientes no podían pagar y, si era necesario, compraba medicamentos. Por estas razones, muchos lo consideraban un santo en vida.

Años más tarde, José Gregorio sintió el llamado a la vida religiosa. Aunque su camino en la medicina había sido exitoso, su devoción por el catolicismo nunca menguó. A pesar de algunos obstáculos y contratiempos, nunca dejó de asistir a misa ni de ser un fiel seguidor de la Iglesia católica.

Final trágico

José Gregorio nunca dejó de cuidar a sus pacientes y de dedicarse a su labor hasta el último día de su vida. El 29 de junio de 1919, después de asistir a la misa dominical y visitar a algunos enfermos de la parroquia, un automóvil le golpeó mientras compraba medicamentos en una farmacia.

Contrariamente a la creencia popular, este no era el único vehículo existente en Caracas en ese entonces. Sin embargo, este accidente terminaría con la vida del prometedor médico y fiel creyente.

Rumbo a la santidad

Aunque es ampliamente venerado y considerado milagroso en Venezuela, la Iglesia Católica aún no ha santificado a José Gregorio Hernández. Sin embargo, en junio de 2020, después de un proceso que comenzó en 1949, se aprobó su beatificación.

La veneración y devoción fervientes a José Gregorio Hernández son un rasgo distintivo de la cultura católica venezolana. Los fieles a menudo le rezan o piden su intercesión en momentos de enfermedades mortales, o simplemente antes de una operación.

Aunque para muchos venezolanos y latinos en general, José Gregorio Hernández ya es un santo, la Iglesia Católica aún tiene que proclamarlo como tal. Sin embargo, poco importa esta consideración oficial para aquellos que, creyentes o no, reconocen en este médico venezolano una figura de inspiración, dedicación y servicio desinteresado a los demás.



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