En la mañana del 1 de septiembre de 2004, un día cálido y radiante, una escuela en Rusia, llena de niños y jóvenes emocionados por retomar sus estudios después de las vacaciones de verano, se convirtió en el escenario de una de las mayores atrocidades registradas en la historia de Rusia. Sin previo aviso, la Escuela Número 1 de Beslán fue ocupada por un grupo de militantes extremistas de Chechenia. Los terroristas tomaron como rehenes a más de 1.000 personas, en su mayoría niños y adolescentes, y mantuvieron a la multitud cautiva en el gimnasio del colegio durante más de dos días, hasta que la situación alcanzó un desenlace devastador.
Primera Jornada: Inicia el Terror
Aproximadamente a las 9:00 de la mañana, un pelotón de unos 30 hombres y mujeres enmascarados, cargados con armas y explosivos, irrumpieron en el edificio escolar. Estos militantes, conocidos como las "viudas negras" por su inclinación hacia misiones suicidas, llevaron a los rehenes al gimnasio de la escuela, confiscaron sus bienes personales y establecieron una red de bombas y trampas explosivas.

Las autoridades policiales, que habían acudido al lugar para tratar de ayudar, se encontraron bajo un fuego cruzado con los secuestradores, quienes fusilaron a varios maestros en el interior del colegio. Los estudiantes fueron forzados a permanecer cerca de las ventanas como escudos humanos. Los terroristas pusieron exigencias: la retirada de las tropas rusas de Chechenia y la liberación de los prisioneros del atentado ocurrido en Ingushetia en junio del mismo año.
Segunda Jornada: La Desesperación Crece
Al calcular la imposibilidad de satisfacer las demandas de la milicia, el temor se apoderó de la escuela. Las negociaciones para proveer a los rehenes con alimentos, agua y medicamentos fracasaron abruptamente. Las condiciones dentro del gimnasio de la escuela empeoraron drásticamente con el paso del tiempo.

El sofocante calor y la falta de agua obligó a los rehenes a tomar medidas extremas para intentar controlar la deshidratación. Las enfermeras y algunos niños fueron liberados después de ciertas negociaciones, sin embargo, en un momento perturbador, a las madres con más de un hijo se les obligó a escoger a uno de ellos para ser liberado. El final de la segunda jornada marcó un aumento significativo en la violencia y la tensión dentro del edificio.
Tercera Jornada: Desenlace Devastador

El último día inició con la esperanza puesta en la llegada de un equipo de rescate al lugar. Lamentablemente, los esfuerzos se vieron interrumpidos cuando los secuestradores iniciaron un combate armado con las fuerzas externas llevando a dos de los miembros del equipo de rescate a perder la vida. Esto desencadenó una serie de explosiones dentro del gimnasio, provocando un incendio generalizado y causando pánico entre los rehenes.
En un último esfuerzo por liberar a los rehenes, las fuerzas especiales rusas iniciaron un ataque que terminó en una horrible batalla con los secuestradores. Aunque las fuerzas rusas anunciaron que la escuela estaba casi totalmente bajo su control después de dos horas de lucha, los enfrentamientos continuaron en el edificio, y tres secuestradores, que se habían escondido en el sótano con varios rehenes, asesinaron a sus prisioneros antes de ser abatidos.
La tragedia de la escuela de Beslán dejó un saldo final de 333 rehenes fallecidos, de los cuales la mayoría eran niños. A pesar del impacto emocional devastador que esta tragedia dejó en el pueblo ruso, la determinación de resiliencia, fortitud y unidad contra el terrorismo internacional se ha mantenido firme.
